Coleccion Parkett

_____________________________________________________________________________________________________________

Colaboraciones con Parkett: Desde 1984 hasta hoy
Por Deborah Wye

Deborah Wye es Curator Jefe,
Departamento de Grabados y Libros Ilustrados,
Museum of Modern Art (MOMA), Nueva York.

“Tenemos la intención de producir un vehículo de confrontación directa con el arte, dando no sólo cobertura acerca de artistas, sino también sobre sus contribuciones originales”. Así se declara en el primer ejemplar de Parkett, una revista de arte contemporáneo e ideas, el cual data de 1984; un reto editorial que se ha mantenido a lo largo de los años hasta alcanzar el volumen 86 en 2009. Esta exposición se centra en las contribuciones artísticas originales resultantes del proyecto de ediciones, encartes y diseños de lomo de Parkett. En los últimos 25 años, los editores han colaborado con 200 artistas, lo cual ha generado un extraordinario abanico de grabados, proyectos artísticos en páginas de la revista, fotografías, dibujos, cuadros, múltiples, vídeos, DVDs, obras sonoras y otros formatos innovadores, todos disponibles para los suscriptores de las ediciones. Si bien la gran mayoría son pequeños en tamaño e imbuidos de la fascinación asociada a la miniaturización, otros se expanden a través de una valla publicitaria o requieren suficiente espacio como para observarlos dando una vuelta alrededor. Se hallan albergados en un mismo espacio, donde se abre una visión concisa de arte contemporáneo. El Museo de Arte Moderno [de Nueva York] adquirió un conjunto completo de estas obras en 1998, añadiéndose a la colección nuevas publicaciones a medida que vieron la luz. Esta exposición brinda la oportunidad de celebrar el arte tan extraordinariamente variado de nuestra época y pone de relieve las fuerzas creativas que operan en esta innovadora aventura editorial.

El Proyecto Parkett

En Zúrich, a principios de los 80, un grupo de amigos, estimulados por el nuevo nivel de comunicación entre comunidades artísticas europeas y estadounidenses, esperaban contribuir al discurso entonces en desarrollo. Bice Curiger, Jacqueline Burckhardt, Peter Blum, Walter Keller, y poco después, Dieter von Graffenried, decidieron crear una nueva publicación que presentara artículos en inglés y alemán y que fuera “un placer leerla tanto en un idioma como en el otro”. Su objetivo era una revista que no fuera académica sino pensada para el artista necesitado de colaboración activa. Se eligieron artistas que se implicaran en darle forma a cada ejemplar sugiriendo autores, debatiendo sobre el layout, proponiendo ideas para las portadas y creando una obra de arte separada que pudiera formar parte de la edición y ser vendida a los suscriptores. Al final, a otros artistas se les pidió que produjeran encartes para la revista, muy a menudo a modo de obra gráfica a insertar encuadernada en el volumen, así como diseños para los lomos. Con oficinas en Zúrich y Nueva York, la comunicación transatlántica y los esfuerzos necesarios para la traducción derivaron en un proceso lento y reflexivo, algo que los editores valoraron en sumo grado.

En cuanto la revista vio la luz en Nueva York, surgieron voces que hablaban en torno al significado y pronunciación de su título. Los editores respondieron con un artículo en el segundo ejemplar titulado “¿Parkett?”, el cual marcaría un hito por su profundidad, imaginación poética y humor. Explicaron que este nombre alemán deriva del vocablo francés parquet y que es un “término para una gran variedad de suelos entarimados de madera …”. Aludieron a la relación de la palabra con los suelos de baile, así como al diplomático arte de gobernar, invocando también al teatro y destacando que puede referirse a las butacas más cercanas al escenario. Con mucho ingenio, incluso llegaron a desvelar las oscuras conexiones a “la oficina del fiscal” y “la bolsa de valores”, poniendo de manifiesto la similitud del sonido de la palabra parkett al de la palabra inglesa parakeet [periquito] e incluso a la combinación de las palabras parking lot [aparcamiento, en inglés americano] y luncheonette [restaurante pequeño, cafetería, en la misma variante inglesa]. A la hora de explicar su título, los editores hicieron alusión a la riqueza, la complejidad y el placer que emanarían de su diálogo con el público que, aunque hable idiomas diferentes, comparte una pasión por el arte y las ideas.

25 años después, Parkett ha contado con casi 800 escritores además de sus colaboradores-artistas. Se imprimen 11.000 copias de cada ejemplar. Un crecimiento y una larga vida que representan un logro considerable cuando se mira atrás en el periodo moderno a las publicaciones de relativamente corta trayectoria que centran su actividad en las contribuciones de artistas. A pesar de su naturaleza errática, sí que existe una rica tradición. En la década del 1890 – una época en la que muchos artistas y figuras literarias compartían estrechos lazos y temáticas similares en torno al Simbolismo vis-à-vis – revistas tales como La Revue Blanche encargaron grabados para que fueran encuadernados a sus páginas y ofrecieron portafolios a sus suscriptores. En el siglo XX, dichas revistas surgieron a partir de una variedad de impulsos. Algunas claramente políticas y/o satíricas, tales como L´Assiette au Beurre, The Masses y The New Masses. En otros casos, los artistas y editores de mentalidad afín aunaron fuerzas, tal y como hicieron durante el periodo del Expresionismo alemán y con la llegada de los movimientos Dada, Surrealismo y Cobra. En los años 60, apareció la aventurera publicación S.M.S., teniendo cada ejemplar la forma de un portafolio que contenía obras de arte efímeras de artistas como Christo, Roy Lichtenstein, On Kawara y Joseph Kosuth.

Uno de los antecedentes más iluminadores del proyecto Parkett es el trabajo de Marcel Duchamp, cuyo interés en la reproducción se expresó por medio de diseños y encartes para revistas, así como en la edición de múltiples. Su Boîte en Valise coincide de manera reveladora con el proyecto Parkett. En 1941 salió su primera edición de esta maleta que, a su vez, contenía una caja muestrario, cuidadosamente construida, llena de reproducciones de colores y réplicas en miniatura de sus obras pasadas. El artista caracterizó esta obra como un “museo portátil” y lo vendió en varias ediciones a lo largo de los años, con un total de más de 300 copias. Como homenaje a este concepto, los editores de Parkett echaron la vista atrás a las obras de arte a escala pequeña y creadas en las ediciones en colaboración con su revista, caracterizándolas como una especie de Musée en Appartement.

Además de sus colaboraciones con los artistas, Parkett proporciona una variedad de secciones temáticas para ideas y opiniones de críticos, historiadores, curators y otros autores interesados en el arte contemporáneo, si bien no contiene ni críticas de exposiciones ni noticias del mundo del arte. Se dan varias fórmulas conceptuales bajo las cuales se invita a los autores a participar que son las siguientes: “Cumulus” reúne a un profesional del arte de Estados Unidos y a uno de un país europeo para escribir acerca de cualquier tema de interés actual; “Balkon” ofrece “observaciones desde una cierta distancia, como si fuera desde el palco de un teatro más que desde las butacas delante del escenario;” y “Les infos du Paradis” se describe como aquello que abarca “lo delicado, lo inesperado, lo raramente visto, lo teórico”. Estos componentes varios, junto con los artículos que versan sobre los artistas colaboradores y los encargos artísticos, crean una especie de sinergia que resulta única en cada ejemplar y conforma un tipo de evento-entre-portadas. La revista se convierte así en un medio o, tal y como han señalado los editores, en un “instrumento”.

Las Ediciones: 1984-2009

Concebido durante el periodo en el cual el Neo-Expresionismo atraía todas las miradas en el mundo del arte, Parkett colaboró en su primer ejemplar con el artista italiano Enzo Cucchi. Para dicha edición, Cucchi creó un rico grabado al aguatinta negra y a punta seca que se encuadernó en una copia separada de la revista. Esta versión se publicó en una edición de 80 y estuvo a la venta para los suscriptores de la habitual versión comercial de Parkett. Si bien muchos artistas han optado porque las ediciones estén encuadernadas así en versiones especiales de la revistas, otros las han creado como obras totalmente independientes. En cuanto sale cada ejemplar de la versión comercial, los suscriptores pueden ver en qué consiste la edición a través de una reproducción, decidiendo entonces si la compran o no.

Los artistas colaboradores de Parkett y las ediciones que han creado representan una variedad de generaciones y tendencias artísticas. Artistas como Louise Bourgeois, nacida en 1911, y Vanessa Beecroft, nacida casi 60 años después, en 1969, por ejemplo, encajan dentro de estos parámetros. Las estrategias artísticas que representan el arte neo-conceptual y lingüístico, los temas socio-políticos, el Pop y la imaginería del consumo, el arte performance, el movimiento feminista, la fotografía documental y no documental, y la abstracción pura – todas ellas se podrán encontrar en estos proyectos.

La cultura popular converge con los asuntos feministas, cuando artistas como por ejemplo Mariko Mori y Sylvie Fleury tratan conjuntamente elementos del arte performance, la instalación y el vídeo en sus llamativos “productos”. Mori creó Star Doll, su versión de la ubicua Barbie, mientras que Fleury duplicó un estiloso zapato de la línea de un solicitado diseñador con su Her Mistress Toy. Ambos objetos provocan un cierto placer: existe la posibilidad de jugar con la pequeña figura autorretrato de Mori como lo haría una niña, poniéndola en poses y vistiéndola; por otro lado, se puede probar el zapato de tacón de plataforma, hecho de goma, de Fleury, o lanzárselo al perro y oír su chillidito. Los problemas socio-políticos confluyen en la obra de Kara Walker, cuyo linograbado Boo-Hoo en blanco y negro, se encuadra en la larga tradición de grabados incisivos que expresan la injusticia social. Su figura en silueta adopta una forma abstracta y decorativa que provoca una especie de tensión cuando se la une a su narrativa de racismo y explotación. Con una sensibilidad únicamente californiana, Ed Ruscha aporta su propia visión al arte conceptual y lingüístico. En su litografía Hell 1/2 Way Heaven, Ruscha toma en consideración el formato del libro – involucrando al lector no sólo en el acto de abrir su edición, la cual está encuadernada en el volumen, sino también en desplegarla y decidir la orientación desde la cual mirarla.

El libro como medio

La edición de Ruscha dirige la atención al libro como medio creativo. A lo largo del siglo XX y hasta la actualidad, se ha dado una proliferación de libros de lujo como parte de una tradición desarrollada especialmente en Francia y conocida como livre de peintre. Picasso, Matisse y Miró, entre otros, han vinculado sus grabados, litografías, xilografías y serigrafías a textos literarios, con unos resultados magistrales. Durante la década de los 60, un fenómeno alternativo denominado “libros de artista” cobró importancia; dicho formato se benefició de la técnica de litografía offset más económica para volúmenes ilustrados pequeños en grandes ediciones. Durante este periodo cargado de ideales, la intención fue que los libros de artista asequibles estuvieran disponibles para un público muy amplio, convirtiéndose la página en un espacio alternativo de exposición.

La estructura de Parkett combina elementos de estas dos tradiciones de libro, así como del catálogo de exposición, convirtiéndose en un género variado. Los artistas proporcionan muchos de sus atributos diferenciadores. Sus sugerencias de portadas incluyen imágenes para la parte frontal y trasera y la solapa interna. La cubierta de la super-modelo Tatjana Patitz de Charles Ray es parte integral de la obra que creó para su edición independiente. Realizada como un posado de moda estándar, incluye el reconocimiento a la dirección artística, maquillaje y peluquería. En cambio, la edición de Ray consiste en una serie de nueve instantáneas de la misma modelo tomadas en su casa, donde aparece vestida con ropa de diario, sentada o haciendo cosas normales y no profesionalmente peinada o maquillada.

Las interacciones de los artistas con la calidad similar a la de un libro de Parkett existen de muchas guisas. Muchos autores han aprovechado la estructura y proporciones de las páginas de la revista. Alighiero e Boetti hicieron esto con su doble colotipia de retrato de gemelos, la cual simula un despliegue de dos páginas, incorporando el pliegue y un elemento de composición que converge en el centro donde se unirían las mismas. Del mismo modo, Günther Förg respondió a las proporciones de la página con sus dos ediciones esculturales, las cuales incluyen componentes para instalarse lado a lado en la pared. Otros que han incorporado la estructura del libro son Georg Baselitz, que eligió el frontispicio tradicional como el lugar para colocar un grabado a punta seca similar a una joya, así como Brice Marden y Robert Wilson, cada uno de los cuales concibieron paneles desplegables conectados a grabados encuadernados en la revista.

Algunos artistas han concebido libros separados para sus ediciones. Martin Kippenberger creó 80 pequeños volúmenes únicos, donde cada uno de ellos muestra la misma instantánea o imagen encontrada de su archivo personal página tras página. Raymond Pettibon fabricó una construcción en acordeón que  propone una lectura de izquierda a derecha. Sigmar Polke distorsionó el acto de leer con 50 libros únicos que tienen exactamente el mismo aspecto que los ejemplares de Parkett pero que consisten en páginas desechadas durante el proceso de impresión de la revista por doble impresión u otros errores.
La serie de encartes de Parkett ha representado una plataforma regular para obras gráficas. Más de 70 artistas han participado hasta ahora. Unos cuantos han optado por reproducir sus obras como posters o carteles plegados e insertados en la revista, si bien la mayoría ha presentado hasta 20 páginas encuadernadas conjuntamente. Cindy Sherman, cuyas fotografías en serie suelen exponerse juntas en las paredes de las galerías, suscitó a través de su secuencia de imágenes para Parkett un tipo muy distinto de anticipación, suspense y drama. Por su parte, Damien Hirst, que ha producido ambiciosos libros pop-up entre sus otros muchos medios, proporcionó un escalofriante encarte en torno a la idea de fumar cigarrillos.

Con motivo del 15º número de Parkett, los editores se dieron cuenta de que los lomos de las revistas publicadas ese año ofrecían otra oportunidad para la colaboración artística. Ahora, una composición se completa al final de cada año cuando la revista llega por correo, se lee y se coloca en orden en el estante de la librería. Christian Marclay aprovechó la oportunidad para poner una imagen de cada uno de los cuatro Beatles en lomos separados, mientras que Niele Toroni dispuso formas de diamante para crear una carta de juego. La composición abstracta de Ross Bleckner puede leerse como referencia a los huesos de una columna vertebral humana.

Arte y diseminación

Publicar en el campo del arte es una actividad arriesgada, la cual ha generado un amplio abanico de obras de arte disponible en ediciones. En la colección del Museo se incluyen muchos ejemplos realizados por los artistas más representativos del periodo moderno. Tales obras llegaron a existir gracias a la iniciativa de editores históricos, como Ambroise Vollard, Daniel-Henry Kahnweiler, Aimé Maeght y Tatiana Grosman, entre otros. Las ediciones que encargó Parkett se incluyen ahora junto a estos ejemplos. A veces referidos como medios “democráticos”, la estampación y los formatos de libro han proporcionado a los artistas distintos medios de expresión, al tiempo que aumentan la comunidad de los que tienen la oportunidad de acercarse a estas obras de manera especial al convertirse en sus propietarios. Las innovadoras obras de arte editadas por Parkett, disponibles para un público relativamente amplio, mantienen esta rica tradición y confirman su potencial para nuevos y fructíferos desarrollos.


i Las citas proceden de manifiestos editoriales de varios ejemplares de Parkett y de conversaciones con los editores en Zúrich, verano de 2000.

ii Al final, Peter Blum abandonó el grupo para concentrarse en sus actividades en Nueva York; Walter Keller se fue para fundar la editorial Scalo. Karen Marta, Louise Neri, Cay Sophie Rabinowitz (ayudada por Ali Subotnick), y ahora Bettina Funcke (con la ayuda de Jeremy Sigler) han trabajado como los editores en Nueva York. El editor jefe es Mark Welzel. Las ediciones son gestionadas por Beatrice Fässler en Zúrich y Andrea Urban en Nueva York. Mathias Arnold se encarga de las suscripciones, mientras que Nicole Stotzer gestiona la distribución en librerías.

Publicado de nuevo con permiso a partir de un ensayo de Deborah Wye en el catálogo Collaborations with Parkett: 1984 to Now, Ó 2001 The Museum of Modern Art, Nueva York. Se han actualizado las fechas, nombres y otros datos en el ejemplar publicado con motivo del 25º aniversario en 2009.

Publicado para acompañar la exposición retrospectiva 200 Obras de arte – 25 años que tuvo lugar en el Museo de Arte Contemporáneo del Siglo XXI, Kanazawa, Japón (septiembre de 2009).

_____________________________________________________________________________________________________________

uclm